viernes

60. Gonzar: la ‘espiritada’ que vivía sin comer


Miniatura de Josefa de la Torre - Museo de Pontevedra
En la parroquia de Gonzar (concello de O Pino), cercana a Santiago de Compostela, aun resuena la historia de Josefa de la Torre, conocida también como la ‘espiritada’. Se cuenta que esta mujer, que vivió a mediados del siglo XIX, habría pasado los últimos treinta años de su vida sin probar más alimento que la comunión que recibía los domingos.
Su cuerpo se encuentra en el cementerio local y su casa fue motivo de peregrinación para muchos devotos que hacían el Camino de Santiago.
Según un informe redactado en 1838, a petición del entonces arzobispo de Santiago, Rafael de Vélez, la ‘espiritada’ de Gonzar sufrió una enfermedad que le llevó a dejar de comer, hasta el punto de quedar postrada en una cama con las piernas encogidas de forma irreversible.
Fue considerada santa para algunos de sus congéneres, hasta el punto de que la Iglesia tuvo que prohibir las peregrinaciones que numerosos fieles realizaban hasta su casa, que no quedaba demasiado lejos del Camino de Santiago. Para otros, la ‘espiritada’ era sencillamente una mujer poseída por demonios.
Tal fue el escándalo que se montó en torno a la supuesta santidad de Josefa de la Torre, que el ejército llegó a prender fuego a la vivienda para probar que se trataba de un fraude, pero la mujer no se movió, por lo que los mismos soldados apagaron las llamas.
Iglesia de Gonzar
Un siglo y medio después, un nutrido grupo de investigadores -entre los que figuraban médicos, teólogos, antropólogos e historiadores- se reunió en los salones del Museo do Pobo Galego para debatir sobre este insólito caso de anorexia, motivada no por cuestiones estéticas sino por el fanatismo religioso de la protagonista. Los expertos reunidos en Santiago de Compostela barajaron la posibilidad de que se tratase de un tipo de anorexia extrema llamada inedia, aunque algunos de ellos se mostraron escépticos y no descartan la posibilidad de que Josefa de la Torre pudiera alimentarse a escondidas. 
Para llegar a Gonzar, está señalizado desde la carretera que une Santiago con Lugo.

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miércoles

59. Santa Comba de Rebordelo, contra el meigallo

Piedras en la bandeja de la valla
Muchas iglesias en las que se venera a Santa Comba están relacionadas con ritos mágicos, cristianizados apenas por el nombre de la santa, pero que en realidad conservan un trasfondo que hacen pensar en que son herencia de cultos antiguos. En el libro hablamos de Santa Comba de Bértola, escenario junto a San Cibrán de Tomeza de las actuaciones de los pastequeiros, y Santa Comba de Oia, cuyo altar produce esterilidad a las mujeres, según la tradición.
Hoy visitamos Santa Comba de Rebordelo, en el municipio pontevedrés de Ponte Caldelas. Para llegar a la iglesia es necesario circular por la carretera que une Ponte Caldelas  con Soutomaior y en el lugar de Roca hay que desviarse hacia el Este por una pista señalizada hacia la capilla.
El templo, alejado de las casas, no tiene demasiada importancia a nivel artístico. Se trata de una iglesia de piedra del siglo XVIII, orientada hacia el Oeste. Frente a la entrada principal posee un cruceiro modesto dedicado a la santa. Pero lo que nos interesa está a menos de cien metros del templo.
Iglesia de Santa Comba de Rebordelo
Por la misma pista por la que se accede a la iglesia, en dirección Sur, en el lugar llamado Coto da Xesta se encuentra un pequeño cruceiro con la imagen de la santa. Está rodeado por una valla de hierro octogonal con una representación de una cruz y una pequeña bandeja con un buen número de piedras. Todo tiene su significado.
Para curar el mal de sapo es necesario dar un número de vueltas, siempre impar (generalmente 3, 5, 7 o 9) alrededor del recinto, para culminar el rito colocando una piedra sobre la bandeja que está junto a la valla, que simboliza el mal que se quiere sacar. El historiador Buenaventura Aparicio recoge esta tradición y señala que las vueltas a la imagen deben hacerse hacia el lado izquierdo, como ocurre en muchos ritos parecidos. Esto se interpreta como que el lado izquierdo del cuerpo es más sensible a que entren los males, por lo que es el que debe estar hacia la imagen religiosa.

Bruja antes que santa
Coto da Xesta e iglesia al fondo
No es casualidad que Santa Comba esté presente en este rito, ya que si bien el santoral la relaciona con Santa Coloma de Siens o la de Córdoba, en la tradición gallega Comba fue bruja antes que una virtuosa mártir virgen. Dice la tradición que cuando aún era pagana, Comba se encontró con Jesús en un camino de Galicia, que le dijo: "Sigue adelante y sé una bruja, pero no entrarás en mi reino".  Así,  se convirtió al Cristianismo y fue martirizada por su fe. Paradojicamente, se convirtió en la santa patrona de las brujas gallegas, actuando tanto como una intercesora en nombre de las brujas como contra ellas.
Antiguamente, Santa Comba portaba un cuchillo de hierro, aunque hoy se ha perdido. Sin embargo, no pocas curanderas gallegas utilizan en sus métodos de curación este instrumento para ‘cortar’ el mal, ya sea de difunto, de sapo o cualquier otro similar.
Curiosamente, no muy lejos de Rebordelo, en Santa Ana, hasta hace pocos años una ‘meiga’ utilizaba cuchillos en sus ritos.

GPS:   42º 22,281
            -8º 30,510

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68. El amor fatal de Florentina de Loureiro